EL PURGATORIO O PURIFICATORIO
PALABRA DE DIOS
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario,
mientras vas caminando con él,
no sea que el adversario te entregue al juez,
y el juez al guardia, y te pongan preso.
Te aseguro que no saldrás de allí
hasta que hayas pagado el último centavo.
Mateo 5, 25-26
Jesús nos revela que Dios es el juez,
que si no nos hemos reconciliado con nuestro prójimo
Dios nos pedirá cuenta por el mal que le hicimos.
Dios pedirá cuentas a todo aquel
Que hizo el mal que hizo contra su prójimo
Si no nos hemos arrepentido
Jesús dice que este sufrimiento es temporal,
"No saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo"
Así que llegará un momento en que si podrá salir de allí
Cuando se termine el sufrimiento por esas faltas .
EL PURGATORIO ES LA PURIFICACIÓN FINAL
Catecismo de La Iglesia
1030.- Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios,
pero imperfectamente purificados,
aunque estén seguros de su eterna salvación,
sufren después de su muerte una purificación,
a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.
1031 La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos
que es completamente distinta del castigo de los condenados.
La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al Purgatorio
sobre todo en los Concilios de Florencia (cf DS 1304) y de Trento (cf DS 1820; 1580).
La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura
(por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador
"Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio,
existe un fuego purificador, según lo que afirma Aquel que es la Verdad,
al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espíritu Santo,
esto no le será perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (Mt 12, 31).
En esta frase podemos entender que algunas faltas
pueden ser perdonadas en este siglo,
pero otras en el siglo futuro" (San Gregorio Magno, dial. 4, 39).
1032 Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos,
de la que ya habla la Escritura:
"Por esto mandó [Judas Macabeo]
hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos,
para que quedaran liberados del pecado"
(2a Mac 12, 46).
"Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración.
Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre
(Job 1, 5),
¿ Por qué habríamos de dudar
de que nuestras oraciones por los muertos les lleven un consuelo ?
No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido
y en ofrecer nuestras plegarias por ellos
(San Juan Crisóstomo, hom. In 1 Cor. 41, 5).
PALABRA DE DIOS
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario,
mientras vas caminando con él,
no sea que el adversario te entregue al juez,
y el juez al guardia, y te pongan preso.
Te aseguro que no saldrás de allí
hasta que hayas pagado el último centavo.
Mateo 5, 25-26
Jesús nos revela que Dios es el juez,
que si no nos hemos reconciliado con nuestro prójimo
Dios nos pedirá cuenta por el mal que le hicimos.
Dios pedirá cuentas a todo aquel
Que hizo el mal que hizo contra su prójimo
Si no nos hemos arrepentido
Jesús dice que este sufrimiento es temporal,
"No saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo"
Así que llegará un momento en que si podrá salir de allí
Cuando se termine el sufrimiento por esas faltas .
EL PURGATORIO ES LA PURIFICACIÓN FINAL
Catecismo de La Iglesia
1030.- Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios,
pero imperfectamente purificados,
aunque estén seguros de su eterna salvación,
sufren después de su muerte una purificación,
a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.
1031 La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos
que es completamente distinta del castigo de los condenados.
La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al Purgatorio
sobre todo en los Concilios de Florencia (cf DS 1304) y de Trento (cf DS 1820; 1580).
La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura
(por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador
"Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio,
existe un fuego purificador, según lo que afirma Aquel que es la Verdad,
al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espíritu Santo,
esto no le será perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (Mt 12, 31).
En esta frase podemos entender que algunas faltas
pueden ser perdonadas en este siglo,
pero otras en el siglo futuro" (San Gregorio Magno, dial. 4, 39).
1032 Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos,
de la que ya habla la Escritura:
"Por esto mandó [Judas Macabeo]
hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos,
para que quedaran liberados del pecado"
(2a Mac 12, 46).
"Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración.
Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su padre
(Job 1, 5),
¿ Por qué habríamos de dudar
de que nuestras oraciones por los muertos les lleven un consuelo ?
No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido
y en ofrecer nuestras plegarias por ellos
(San Juan Crisóstomo, hom. In 1 Cor. 41, 5).