Dos hombres subieron al templo a orar:
uno era fariseo, y el otro publicano.
El fariseo, puesto en pie,
oraba consigo mismo de esta manera:
Dios, te doy gracias
porque no soy como los otros hombres,
ladrones, injustos, adúlteros,
ni aun como este publicano;
ayuno dos veces a la semana,
y doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos,
no quería ni aun alzar los ojos al cielo,
sino que se golpeaba el pecho, diciendo:
Dios Mio, sé propicio a mí,
porque soy un pecador.
Os digo que éste descendió a su casa justificado
antes que el otro;
porque cualquiera que se enaltece,
será humillado;
y el que se humilla
será enaltecido.
Lucas 18,10-14
Cuando ores,
no seas como los hipócritas;
porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas
y en las esquinas de las calles,
para ser vistos de los hombres;
de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mas tú, cuando ores,
entra en tu aposento, y cerrada la puerta,
ora a tu Padre que está en secreto;
y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Y orando, no uséis vanas repeticiones,
como hacen los gentiles,
que piensan que por su palabrería serán oídos.
No os hagáis, pues, semejantes a ellos;
porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad,
antes que vosotros le pidáis.
Mateo 6,5-8
Porque yo sé los pensamientos
que tengo acerca de vosotros,
dice El Señor,
pensamientos de paz, y no de mal,
para daros el fin que esperáis.
Entonces me invocaréis,
y vendréis y oraréis a mí,
y yo os oiré;
y me buscaréis y me hallaréis,
porque me buscaréis de todo vuestro corazón
Jeremias 29,11-13
Sed todos de un mismo sentir,
compasivos, misericordiosos, amigables;
amándoos fraternalmente
no devolviendo mal por mal,
ni maldición por maldición,
sino por el contrario, bendiciendo,
sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.
Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos,
Refrene su lengua de mal,
Y sus labios no hablen engaño;
Apártese del mal, y haga el bien;
Busque la paz, y sígala.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos,
Y sus oídos atentos a sus oraciones;
Pero el rostro del Señor está contra aquellos
que hacen el mal.
1a Pedro 3 8-12
uno era fariseo, y el otro publicano.
El fariseo, puesto en pie,
oraba consigo mismo de esta manera:
Dios, te doy gracias
porque no soy como los otros hombres,
ladrones, injustos, adúlteros,
ni aun como este publicano;
ayuno dos veces a la semana,
y doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos,
no quería ni aun alzar los ojos al cielo,
sino que se golpeaba el pecho, diciendo:
Dios Mio, sé propicio a mí,
porque soy un pecador.
Os digo que éste descendió a su casa justificado
antes que el otro;
porque cualquiera que se enaltece,
será humillado;
y el que se humilla
será enaltecido.
Lucas 18,10-14
Cuando ores,
no seas como los hipócritas;
porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas
y en las esquinas de las calles,
para ser vistos de los hombres;
de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mas tú, cuando ores,
entra en tu aposento, y cerrada la puerta,
ora a tu Padre que está en secreto;
y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Y orando, no uséis vanas repeticiones,
como hacen los gentiles,
que piensan que por su palabrería serán oídos.
No os hagáis, pues, semejantes a ellos;
porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad,
antes que vosotros le pidáis.
Mateo 6,5-8
Porque yo sé los pensamientos
que tengo acerca de vosotros,
dice El Señor,
pensamientos de paz, y no de mal,
para daros el fin que esperáis.
Entonces me invocaréis,
y vendréis y oraréis a mí,
y yo os oiré;
y me buscaréis y me hallaréis,
porque me buscaréis de todo vuestro corazón
Jeremias 29,11-13
Sed todos de un mismo sentir,
compasivos, misericordiosos, amigables;
amándoos fraternalmente
no devolviendo mal por mal,
ni maldición por maldición,
sino por el contrario, bendiciendo,
sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.
Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos,
Refrene su lengua de mal,
Y sus labios no hablen engaño;
Apártese del mal, y haga el bien;
Busque la paz, y sígala.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos,
Y sus oídos atentos a sus oraciones;
Pero el rostro del Señor está contra aquellos
que hacen el mal.
1a Pedro 3 8-12